Un cuento de ciencia ficción
Capítulo 1: La pregunta
Ray Faser se reclinó en su silla, juntando los dedos, y observó la proyección del historial de pruebas nucleares de la Tierra: una cronología de detonaciones que se extendía desde 1945 hasta 1996. Los datos pulsaban como un latido cardíaco lento e irregular.

Dos mil explosiones nucleares.
Cada uno había enviado un grito electromagnético (EMP) en el vacío.
Al otro lado de la pantalla, el Dr. Elias Varen, astrofísico senior del Instituto SETI, se ajustó las gafas.
“¿Estás sugiriendo que ya nos hemos anunciado?”
Ray consultó una copia impresa y sonrió.
“Estoy diciendo que encendimos una hoguera en el 'Dark Forest'Y ahora susurramos '¿Hola?' como si tuviéramos miedo de ser groseros.
Varen exhaló. «La diferencia es la intención. Un pulso electromagnético nuclear es ruido. Un mensaje estructurado es un apretón de manos».
Ray se inclinó hacia delante. "¿Crees que una civilización avanzada oye mil explosiones atómicas y piensa: 'Mmm, debe ser radiación de fondo'? Sabrán lo que es. Y sabrán que es peligroso".
Capítulo 2: La variable UAP
Las recientes revelaciones del Pentágono flotaban entre ellos como un espectro silencioso. Fenómenos Anómalos No Identificados: naves que desafían la física conocida y que flotan en los cielos terrestres durante décadas.
Ray golpeó la mesa. «Si ya están aquí, el silencio no es precaución. Es estupidez. Deberíamos estar enviando «Venimos en son de paz» en todas las frecuencias disponibles».
Varen apretó la mandíbula. «O estamos confirmando que somos una amenaza. Armas nucleares, emisiones descontroladas... ¿Y si están esperando a ver si maduramos?»
—O esperar a ver si disparamos primero —replicó Ray—. El Bosque Oscuro no es solo una teoría. Es un espejo. Somos quienes nos bombardeamos dos mil veces. Somos los depredadores.
Capítulo 3: La táctica del silencio
Una nueva voz interrumpió: la Dra. Elena Papadakis, xenopsicóloga. «Supongamos que nos han detectado. El silencio podría interpretarse como hostilidad. Un depredador escondido».
Varen negó con la cabeza. «O prudencia».
Ray rió con amargura. "¿Prudencia? Somos avestruces. Cabezas en la arena, culos en el aire".
Sacó las últimas imágenes del UAP: un objeto tic-tac maniobrando a Mach 10. "No se esconden. ¿Por qué nosotros sí?"
Capítulo 4: La Decisión
La sala quedó en silencio. La pantalla parpadeó, superponiéndose a la burbuja de radio de la Tierra, expandiéndose a la velocidad de la luz durante un siglo, una esfera brillante de transmisiones de televisión, señales de radar y pulsos electromagnéticos nucleares.
Elena rompió el silencio. «Si están aquí, ya saben quiénes somos. La cuestión no es si les hacemos señales. Es qué decimos».
Ray se recostó. "¿Qué tal 'No todos somos psicópatas'?"
Varen no sonrió. "O lo demostramos".
Afuera, las estrellas ardían frías y distantes. Esperando.
Epílogo: El primer mensaje
Tres meses después, el conjunto sucesor de Arecibo envió una secuencia única y repetida hacia un punto de acceso UAP.
No son matemáticas. No son ciencias.
Música.
“Oda a la alegría” de Beethoven.
Un apretón de manos… o una súplica.
El Bosque Oscuro escuchó.
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Nota del autor
El personaje de Ray Faser (y su autor) han estado esperando una reactivación desde su primera y última aparición en una historia corta de ciencia ficción en un periódico escolar en 1979.
Referencia:
La historia de los ensayos nucleares comenzó la madrugada del 16 de julio de 1945 en un campo de pruebas en el desierto de Alamogordo, Nuevo México, cuando Estados Unidos detonó su primera bomba atómica. En las cinco décadas transcurridas entre ese fatídico día de 1945 y la apertura a la firma del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (TPCE) en 1996, se llevaron a cabo más de 2,000 ensayos nucleares en todo el mundo.
https://www.un.org/en/observances/end-nuclear-tests-day/history
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#fyp